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COLINETA. Gastronomía e literatura.

AGUJAS EN CONSERVA Y EN El CANTÁBRICO

En un comentario al anterior artículo sobre la aguja, me dicen que en Madrid solo se encuentra en conserva y que se trata de pescados pequeños. Efectivamente, la aguja se enlata en aceite, y se trata de pequeños ejemplares que, imagino, forman parte del porcentaje de inmaduros que se pueden aprovechar cuando aparecen a bordo de los pesqueros, sin intención de capturarlos.

Buscando en la red solo encontré referencias a Peña, así como a lo orgullosos que se muestran los habitantes de Sandoval de la Reina, en la provincia de Burgos, por el consumo que hacen tanto de aguja fresca como en conserva. Incluso hay alguna receta que puede resultar interesante.

La talla mínima legal de la aguja es de 25 centímetros, tanto en el Cantábrico y noroeste como en el Mediterráneo. Como mucho, este pescado puede llegar a los 75 centímetros de largo y un peso algo inferior al kilogramo.

Miro también en la web de Pesca de Galicia y encuentro la explicación a que no vea esta especie en los mercados de Vigo, muy bien surtidos de pescado y, por el contrario, mi cuñada me mande una invitación a comer aguja en Castropol (Asturias) vía comentario.

Según los datos que saco de esta web, en lo que va de año se desembarcaron en Galicia poco más de 13 toneladas de aguja, de las que más de 12,6 toneladas corresponden a los puertos de la Mariña de Lugo (Celeiro, Burela y Ribadeo). El precio medio de la aguja desembarcada este año fue de 1,6 euros el kilogramo, por lo que en el mercado debe andar a muy buen precio.

¡Que aproveche!

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